Desde la década de los años ’60, la calle San Diego, en Santiago, ha sido el centro comercial de los “libros usados o libros viejos”. Allí ofrecían sus libros el recordado escritor Armando Méndez Carrasco, Gómez Morel, Luis Rivano y Luis Cornejo.
En Plaza Almagro se instalan alrededor del año 1978, varios aficionados al libro usado, entre ellos Juan Radrigán, hoy destacado dramaturgo.
Hoy existen alrededor de 40 kioscos de libros usados y revistas que ofrecen sus obras en los temas más diversos, desde textos escolares hasta libros científicos, desde ajedrez a fútbol, desde autores clásicos hasta los más modernos… lo más importante es su variedad, diversidad y amplitud, obviamente por ser usados sus precios son mucho más convenientes.
La mayoría de las librerías son atendidas por sus propias dueñas, mujeres entre 20 y 65 años.
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